20 de febrero de 2008



Lo vi aquella noche después de mucho tiempo.
La carretilla cual máquina de escribir.
Disparaba palabras y se le iba para el costado.
Cuando juntaba un poco de cordura la enderezaba.
Y de nuevo.
Tatatatatatatatatatatata, clink!!!!, yyyyyyiiiiiiiiiiiiiii…
No se calló ni un momento.
Iba, venía, inquieto. Otra vez olía mal.