La anestesia puebleril desembocó en un frió atroz que la naturaleza se encargo de solidificar.
Ya nadie quiere salir de sus casas.
Mucho menos compartir sensaciones, miedos, logros y frustraciones.
Este puñado de personas, esparcidas por este suelo pampeano sin motivaciones, sin estímulos, ve cagar copos de nieve y salta de alegría.
Cuando el astro rey desvanece esa ilusión, autómatas vuelven a empacharse de idiotez, de una modorra constante que los devuelve a ese letargo eterno, infinito, sobre sus vidas.
Ya nadie quiere salir de sus casas.
Mucho menos compartir sensaciones, miedos, logros y frustraciones.
Este puñado de personas, esparcidas por este suelo pampeano sin motivaciones, sin estímulos, ve cagar copos de nieve y salta de alegría.
Cuando el astro rey desvanece esa ilusión, autómatas vuelven a empacharse de idiotez, de una modorra constante que los devuelve a ese letargo eterno, infinito, sobre sus vidas.