4 de septiembre de 2005


Mangueando siempre un puchito, para calmar esa úlcera.
Dándole sin asco al tinto, buscando compasión en cada rostro que pasa.
No tiene campo, ni departamentos en alquiler.
Tampoco camiones, ni jubilación de privilegio.
En el hay algo que lo mantiene vivo, a la espera de la insurrección.
Aguardando la llegada de la generación mutante.

No hay comentarios.: