27 de febrero de 2006


Que difícil es colorear el papiro cuando no hay complicaciones.
Busco alteraciones en el formato del monitor de la PC.
Para ver algo sobre el blanco papel.
Acompañado de Camila, mi amor de ocasión.
Aunque mi corazón es de María, puedo jurar que no la extraño.
Camila tiene algo esencial.
Miro su cuerpo delgado y parece otoño.
Al besarla, broto de algarabía. Aunque no lo crean he vuelto a sonreír.
Pero mi adicción la empuja a su ruina.
Mi egoísmo florece.
Nos marchamos para las fiestas y no la proveímos del líquido vital.
Poco a poco su imagen física desaparece.
Para encarnizarse en mis pulmones.
Como un aire que me está matando.

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