20 de noviembre de 2006


Desperté sin saber por qué.
Solo recordé que no había nada de comer.
Lamí el teclado, el acolchado y no eran de mi agrado.
Me di cuenta que tanto celular era en vano.
Puedo darme el lujo de vender esta porquería en la galería norte por 20 pesos.
Comprar panchos, manzanas, apios.
O entregarlo a mi dealer como forma de pago.
Todo sea para calmar esta ansiedad de engullir algo.

No hay comentarios.: