Manifiesto Mingaco
16 de agosto de 2005
Saturado de mi medicina natural, no puedo escapar a tus encantos visuales.
Tus ojos me recuerdan el infierno y esta vez ya no hay vuelta atrás.
Mucho contraste en nuestra relación, pero igual sirvió.
El cielo es el cielo, nada más.
Si muero, muero.
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