13 de diciembre de 2005


Fuimos asilo de los más grandes genocidas del planeta.
Permitimos que corruptos saqueadores,
aprueben nuestros proyectos de vida.
Manifestaciones a favor de un torturador que no puede ocupar su banca.
Una iglesia que descuida a los pobres, con tanto oro en sus pasillos.
Que perdona tan fácilmente, como ignora.
Pretenden tu cabeza para que la historia muera.
Necesitan tu cuerpo para hilvanar la mentira que inventaron,
la que nosotros alimentamos a diario.

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